Conclusión
Como hemos podido comprobar anteriormente, no podemos entender la sociedad sin la tecnología, es decir existe una estrecha relación entre ambas.
En un tiempo atrás era extraño que hubiera un televisor en casa y si alguna familia disponía de él, solo estaba compuesto por dos o tres canales y una escasa programación.
En la actualidad, no sólo los televisores forman parte de nuestra vida; además de este aparato necesitamos para vivir el ordenador, la tablet, el portátil, los relojes digitales…
A todo eso tenemos que añadirle el complemento que falta, el Internet, sin el cual ninguno de los anteriores podría utilizarse con el fin de comunicarnos, actualizarnos, compartir información o entretenernos.
Sin ellos nos quedamos fuera de la sociedad, pues ahora todo se mueve por la red hasta tal punto de que si no tienes móvil no formas parte de este mundo.
Toda esta tecnología nos afecta de dos formas: tanto positiva como negativamente. Es cierto, que la incorporación de las nuevas tecnologías a la sociedad y a la vida diaria nos ha permitido y nos permite, vivir más fácil y cómodamente, pero también tenemos que cuestionarnos si realmente es así y si somos capaces de controlarla sin que ella nos controle a nosotros.
